sábado, 16 de enero de 2016

Siempre he amado el mar

Y es que me ha transportado a lugares infinitos. Solo escuchar romper sus olas me produce una calma incapaz de igualar.

Quien no ha soñado mirándolo, quien no se ha dejado mecer por su aroma, quien no ha mirando al infinito, contemplando ese mar azul....

Mas de una vez me he imaginado corriendo mil aventuras bajo un pabellón pirata, siendo un corsario a las ordenes de Julio Verne o luchando al lado de mil héroes de aventuras solo existentes en mi imaginación.

Hoy quiero dejaros una imagen llena de vida y de reflejos tomada en esa maravilloso paisaje del Delta del Ebro. Aunque ahora por motivos de trabajo la tengo abandonada me sigue teniendo enamorado.

Enamorado de sus paisajes, de sus rincones y de sus gentes. No imagino mayor felicidad que reposar rodeado de aves a la vista de la torre de San Joan, dejándome acariciar por sus aromas y sus maravillosas puestas de sol.