Cuántos sueños pasados…

Solo hay que mirar alrededor de nosotros para preguntarnos cómo hemos llegado hasta aquí. Sobran las palabras y los espejos, queda a un lado la imaginación e incluso los deseos, solo existe la realidad, esa realidad que algunas veces se muestra cruel y terrible cuando miramos atrás.

Es un resumen de esos sueños que nunca se llegaron a realizar, un conglomerado de esos deseos que se quedaron por el camino mientras nosotros, cómplices del tiempo, seguíamos adelante ignorandolos.

Estas imágenes que os muestro hoy tienen una muestra de abandono, de hipocresía e incluso de barbarie. Son imágenes que muestran el paso de los años sobre los restos de una máquina que fue primero diseñada, construida y más tarde deseada, después conseguida y durante unos años imprescindible, para ser finalmente abandonada.

Este es un resumen de historias que nos acompañan cada día y que ignoramos continuamente.

Y al final, como contrapeso necesario y vital, un paisaje exultante de colores. Sol, agua y vida por todas partes, una imagen que comparada con las anteriores aun hace mas terrible la diferencia.

Dejemos paso a la vida y a la naturaleza, es lo único que quedará cuando todos, tarde o temprano, abandonemos este mundo…

El reino de los gatos.

 

El mar, ese ser azul que me acompaña en mis sueños a menudo, hoy está aquí. Los barcos son como máquinas imaginarias que lo surcan y abrazan a la vez flotando sobre la espuma de las olas. 

Cada día que pasa dejan surcos invisibles que desaparecen al aliento de las sombras.

Son esas sombras que avanzan en un universo imaginario lleno de espuma que azota el viento y la sal. Las golondrinas zigzaguean entre el viento sobre brazos imaginarios que las soportan…

Me he dejado llevar por el mar y el viento, lo siento. 

Solo quería que me acompañarais en una visita a un puerto. Un puerto con unos habitantes, los gatos. Ellos me siguieron y me chivaron las mejores fotos. Al final también ellos fueron protagonistas, muy a su pesar, en algunas de ellas.

Soñad como yo soñé con travesías, puertos y vientos, dejaros llevar por los sueños y el firmamento, al final veréis que no solo era un sueño…

Todos somos marineros,

marineros que saben bien navegar.

Todos somos capitanes,

capitanes de la mar.

Todos somos capitanes

y la diferencia está

sólo en el barco en que vamos

sobre las aguas del mar.

Marinero, marinero;

marinero... capitán

que llevas un barco humilde

sobre las aguas del mar...

marinero...

capitán...

no te asuste

naufragar

que el tesoro que buscamos,

capitán,

no está en el seno del puerto

sino en el fondo del mar.

León Felipe

Primavera

No basta con mirar cómo aparece la luna. Hay que soñar, y soñar es tan sencillo como intentar imaginar. Y para soñar vale cualquier vida, cualquier momento, cualquier instante.

Y he soñado que estábamos en primavera, he imaginado las ramas de los árboles floreciendo. Por un momento he creído estar rodeado de luz, de aire puro, de ese aroma que solo consigue tener la hierba fresca y las ramas recién nacidas.

He abierto los ojos y he mirado por la ventana, al momento he imaginado cómo estarían los campos que me tapan estas casas que me rodean, la luz inundaba las calles y el andar de la gente me ha inspirado el deseo de descubrir los colores de este jueves.

Dicho y hecho, pasados unos minutos que me han parecido eternos he divisado unos árboles que comenzaban a clarear. Poco a poco me he acercado a ellos dejándome inundar de esos aromas que conozco tan bien y añoraba tanto.

La música que hacen los pajarillos me ha  impulsado a cerrar los ojos y subir mis brazos, el sol calentaba mis mejillas mientras el aire fresco y su aroma inundaba poco a poco mis pulmones. Mi mente emborrachada de sensaciones hacía sonreír mi rostro y me hacía sentir una sensación cercana a la felicidad.

Pasados unos minutos abrí mis ojos y solo entonces fui consciente de la necesidad que tenemos las personas de recargarnos cada poco tiempo de sensaciones como las que me rodeaban.

Bienvenida primavera, hoy me he inundado de ti, pero prometo volverlo a hacer muy, muy pronto…

Corazón partido

No me atreví a mirarte a los ojos. Mi mano cogía la tuya como un susurro, casi no la sentía.

Nuestras miradas huían hacia el río, recuerdo como el silencio abrasaba cualquier tipo de razón ¿Cómo habíamos llegado hasta aquí? Nuestras sonrisas eran una emoción que abrasaba cualquier cosa que no fuéramos nosotros, ignorábamos el viento y el frío, la lluvia o el sol, tu y yo.

El rumor del agua me reconforta, te miro, eres lo mejor que me ha pasado nunca y sin embargo soy incapaz de abrir mi boca, ojalá todo esto sea un mal sueño, uno más.

Te levantas, me miras y veo lágrimas en tus ojos, hasta siempre me dices.

Quieres sonreír, lo noto, te das la vuelta y te vas.

Incapaz de pronunciar nada, bloqueado por algo que no entiendo, veo como te alejas…

Han pasado varias semanas y estoy igual, vuelvo todos los días a esa escalera al lado del puente donde te vi marchar. Al llegar mi corazón zozobra una y otra vez cuando veo que no estas.

Esta mañana al mirar hacia donde te fuiste he visto pintado un corazón, un corazón partido en dos. 

Jamás hubiera podido definir mejor como me siento, me falta una parte de mi, la que tu te llevaste aquel día y que jamás recuperaré…