Entre las sombras de aquella casa abandonada surgiste tu y poco a poco, foto a foto, te convertiste en la dueña de las sombras.
Los grafitis se doblaban a tu paso, aquellas paredes semiderruidas te invitaban a acercarte, pero tu solamente hacías caso de la cámara.
Los grafitis se doblaban a tu paso, aquellas paredes semiderruidas te invitaban a acercarte, pero tu solamente hacías caso de la cámara.
Tu, mi cámara y yo...
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