miércoles, 14 de agosto de 2013

El mar

¿Quién alguna vez no se ha parado a mirar el mar?, ¿Quién no ha dejado volar la imaginación, al menos por unos segundos, contemplándolo?

El maravilloso rumor de las olas rompiendo tiene la habilidad de transportarnos a otro mundo, al mundo del pensamiento, de las ideas y de los porqués.

Al contemplarlo nuestra vista huye mucho más allá del infinito, intentamos buscar allí, al final del horizonte todo lo que no encontramos habitualmente, creemos adivinar ese fin que nunca aparece y que se confunde, una y otra vez, con el comienzo del horizonte.

Amo el mar, y lo amo tanto porque no nací a su lado, recuerdo hace ya muchos años, la emoción que sentía al adivinarlo en el horizonte algunos veranos, aquella espectacular masa azul que me cautivaba una y otra vez.


Ahora que vivo más cerca de él y que lo veo mucho más a menudo, no me gustaría olvidar aquella maravillosa sensación, te amo mar  y te amo tan profundamente como son profundas tus aguas…



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