domingo, 29 de diciembre de 2013

Una de belenes...


La navidad es una época importante para muchas personas, pero para Rodolfo Ortiz es además la culminación de todo un año de trabajo.

Una vez desmontado el belén comienza el trabajo de mejorar el próximo, con infinita paciencia va buscando nuevas figuras, pensando en nuevos paisajes, construyendo nuevas casas, para que dentro de unos meses, como en los últimos años, pueda volver a montar otra vez su belén.

En el barrio todo el mundo lo conoce y en cuanto llega la Navidad numerosos vecinos y paisanos llegan a ver su obra.


Y el siempre dispuesto, muestra orgulloso su obra de arte….









martes, 24 de diciembre de 2013

La Navidad

Hace tiempo que la navidad ha cambiado.

Y es que desde hace ya muchos días asistimos al incesante bombardeo consumista a través de los medios de comunicación. A los que nos alegra observar las calles iluminadas, los escaparates adornados luciendo sus mejores galas, esperamos con ilusión estas fechas.


Pero cada vez más nos cuesta comprender que es lo que significa la navidad en estos días.

A  pesar de todo yo quiero desearos hoy, con la escusa de esta navidad, lo que siempre os he deseado: Sed felices, muy felices y así la navidad estará siempre presente en vuestros corazones…..




Modelo:   Ana Moyano
Estilismo: Ana Moyano

domingo, 15 de diciembre de 2013

sábado, 14 de diciembre de 2013

Presentación del libro "El Massís del Port" de Vicent Pellicer




Algunas personas necesitamos mostrar nuestros sentimientos, y esos sentimientos a veces se transforman en imágenes o en textos. No hay nada que te haga sentir mas feliz que el ver en una pantalla recién salida de la cámara el fiel reflejo de la imagen que has tratado de plasmar.

Atrás queda la técnica, la cámara, el frío o cualquier inconveniente que tuviste en aquel momento. Ahora mismo, para ti esa imagen vale más que todo el oro del mundo. Esta sensación no se puede igualar con nada y, al contemplarla, sabes que todo el trabajo ha merecido la pena.

Si la imagen no es tuya, la sensación es muy distinta… no se puede hablar de envidia ¿o sí? Esa envidia, que podría definir como sana, no se basa en un resultado solamente: no añoro el hacer la misma foto, sino el haber sabido y podido realizarla yo.

Eso es lo que me pasa con las fotos de Vicent. Las envidio por no haber estado yo presente en el momento de realizarlas, y, si he estado con él, en por qué no he sabido adivinar ese momento mágico que ha sido capaz de plasmar.

Hoy tengo entre mis manos este espléndido libro, un libro fotográfico y literario en el cual se aúnan excepcionales fotografías con unas poéticas prosas. Nada más abrirlo, encuentro una corta pero intensa dedicatoria de otro amigo -el gran fotógrafo José Benito Ruiz- que lo hace aun mas especial. José habla de tesoros, de placer y de trabajo, habla de una vida llena de paciencia y de un resultado: este libro.

Los que hemos hecho alguna vez fotografía de naturaleza entendemos perfectamente todas estas palabras y las resumimos en una sola, en la palabra PASION. Pasión en este caso por un macizo, pasión por la naturaleza y pasión por la fotografía.

No es posible entender este libro sin entender la pasión de Vicent.

Conforme avanzo las hojas, las imágenes me sorprenden. Siento la cálida atmosfera que a veces las rodea, siento los gélidos vientos que a veces las recorren y pienso en la bella herencia que esta publicación nos transmite para el futuro.

Fotógrafo, escritor, persona, amigo de sus amigos, son palabras que definen a este aragonés de nacimiento y catalán de vida y pasión. Hace ya muchos años que nuestras vidas coincidieron, seguir sus actividades y publicaciones a través de estos años me ha brindado conocer una trayectoria difícil de igualar en todos los sentidos.

Cada vez estoy mas seguro de la suerte que me ha tocado vivir al conocerlo, al compartir con el charlas, jornadas de fotos, consejos y enseñanzas. Y siempre con esa ternura, con esa comprensión, y a veces con esas palabras que llevan a superarte en cualquier momento.

Algunas de tus fotos me asombran, contemplo en ellas la sutil belleza de las amapolas, veo las esquivas orquídeas que tanto nos gusta fotografiar. Esas maravillosas  fuentes, la nutria, la cabra montesa e incluso nuestro común amigo el zorro melánico, que nos contempla lleno de interés durante nuestros siempre fugaces y remotos encuentros.

Y es que este macizo tiene un secreto, enamora a los que lo recorren. Tú, Mercè y Luis sabéis muy bien de lo que hablo, es como un suspiro que te va enganchando poco a poco hasta que ya no sabes vivir sin él.

Nuestra relación con el nació de dos maneras distintas, la mía empezó por trabajo pero ha conseguido con el paso del tiempo hechizarme de tal manera que no concibo la fotografía de naturaleza sin él.

Cuando estoy allí, me gusta disfrutar de sus habitantes en soledad, sentado en una piedra y dejándome asombrar por cada uno de los matices que adivino solamente por el placer de contemplar.

Cada día que lo observo es distinto, miro el mismo lugar una y otra vez y siempre descubro un nuevo matiz, un fugaz reflejo que me hace sonreír y buscar un día tras otro aquel preciso encuadre, aquella anhelada luz.

Y esa es otra de las particularidades que nos une, la búsqueda de la perfección y el convencimiento de que alguna vez, pase el tiempo que pase, llegaremos a conseguir esa tan anhelada foto perfecta. Y es que la perfección en nuestro puerto cambia a cada segundo, cada instante es capaz de modificar nuestra sensación y acelera nuestro pulso, pero déjame decirte que tú, con este libro, esa ansiada perfección, la has conseguido.

Esas magnificas fotos están entrelazadas con unos pellizcos de, como dice Xavier García, autentica poesía en prosa, que consiguen ese esperado nexo de unión entre cada una de las imágenes.

No hace falta buscar en él rincones ni criaturas, una tras otra las distintas sensaciones desfilan ante nuestros ojos envueltas en imágenes que nos muestran una diversidad y un paisaje sorprendente. Quien diría que todas y cada una de ellas se pueden contemplar a pocos minutos de nuestras casas. José Benito acierta al definirlo como un trabajo para la divulgación y la conservación de este maravilloso enclave natural cada vez mas amenazado.
Vicent dice en su prólogo que ha recorrido El Port de punta a punta, de día y de noche al ritmo de las estaciones. Y este recorrido lo ha plasmado en miles de imágenes que encuentran hoy, en este libro, un excepcional resumen. Es la obra de una vida de trabajo y amor por este macizo y que mejor manera de plasmarla que en una obra de arte. Es más, estoy convencido que para él va a ser un punto de inflexión en su obra, porque es distinta a las anteriores, no mejor ni peor, sino distinta.


Hablaba antes de hechizos, y uno de ellos es el que siento por tu libro desde que lo he tenido en mis manos. Foto a foto me dejo inundar por la belleza, vuelvo cada página para sumergirme en un cielo, en una fuente. Sonrío con esas mariposas y me encanto contemplando esa flor, y te envidio, de verdad que te envidio por haber podido plasmar esos momentos, por haber sido participe de esa explosión de la naturaleza y te envidio, aun si es posible más, por haber sido capaz de realizar este maravilloso libro.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Retratos.......



 Desde hace algún tiempo vengo acariciando un proyecto y hoy por fin quiero dar el paso de presentároslo. Poco a poco he intentado plasmar mi visión de algunas personas a través de una foto, de un retrato. 

En todos ellos he intentado captar la personalidad del retratado, ¿lo he conseguido? Creo que sí, aunque solo vosotros  tenéis la última palabra. 

El mayor halago para un retratista es que la fotografía resultante le guste al retratado y me siento orgulloso y un poco más feliz cuando, ya sea en persona o a través de un mensaje, el retratado me dice que le encanta esa foto.

Con el tiempo he aprendido que la belleza de las personas se encuentra a la vista de unos pocos y a veces no siempre coincide con sus rasgos físicos.
Para comenzar la serie, espero que sea muy larga, os dejo  con un retrato de una persona maravillosa, casi tan maravillosa como mi compañera en la vida, y que os prometo que se asomara pronto por aquí, y digo maravillosa porque desde el primer momento que contemple una foto suya me sentí turbado por sus ojos, me acomplejo su bondad y su sencillez y añoro el momento de tenerla otra vez delante de mi cámara.

Sé que a veces nos dejamos arrastrar por la técnica y la tecnología, no seriamos nada sin ellas, pero dejadme que os regale un rostro, enamoraros como yo de su mirada para que sintáis que la belleza está al margen de la técnica y en este momento solo es un accesorio para plasmar una mirada, unos ojos, en este caso solamente uno e intentad comprenderme.


Os presento a Raquel….