El edificio está formado por planta baja, piso principal y buhardillas. La puerta principal está formada por un arco rebajado y carpintería modernista.
El estilo que predomina en el interior del edificio es el modernista. En el recibidor encontramos una puerta con vitral policromado, ejemplo más claro de este estilo. En el despacho de la casa y a diferentes aposentos de la planta baja se conservan arcadas de piedra que pertenecen a la primitiva estructura del siglo XVII. La escalinata contiene ornamentos modernistas.
Entre otros aposentos, la habitación más característica es el Salón, donde todavía se conserva la mayor parte del mobiliario original. Esta sala es de un estilo clásico, donde destaca el papel que decora las paredes y el alto techo con artesónales decorados con motivos vegetales.
En este espacio se celebraron diferentes actos y fiestas de la burguesía local, entre otros se cuenta que cenó el rey Alfonso XIII en 1912 después de la inauguración del canal de la izquierda del Ebro.
Frente a la fachada posterior del edificio hay un jardín. Adosado a la parte izquierda del edificio encontramos un patio interior con un pozo en el centro que daba acceso a los bajos de la antigua casa del servicio.
La estructura data de los siglos XVI-XVII pero la decoración interior de estilo modernista se realizó en 1887 .
El año 1884 Ramon Martí i Tomàs, después de aumentar la fortuna familiar con sus hermanos Jaime y Fernando en Argentina, volvió a su pueblo natal y compró la casa y el huerto a Ignacio de Ramon y Aiguavives. Unos años más tarde de la compra se realizó la reforma que modificó el estilo del edificio.
Al estallar la guerra civil española, la casa quedó desocupada y fue saqueada ocupándola más tarde y de forma provisional, los soldados que establecieron un cuartel.
Al finalizar la guerra la familia volvió a Xerta y entró en decadencia puesto que no tuvieron la capacidad suficiente para volver levantar el imperio que llegaron a dominar unos años antes. Durante la posguerra grande parte de las fincas y propiedades fueron vendidas hasta que a finales de los años ochenta del siglo XX, la casa fue vendida definitivamente por la familia.
Posteriormente el edificio fue reformado y volvió a cambiar de propietario. Los actuales propietarios la han reformado hasta convertirla en el actual Hotel Casa Ceremines.
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