Meterme por entre las calles y mirar hacia el cielo es una de mis pasiones fotográficas. Todos esos iconos que se levantan del suelo, unos más afortunados que otros, son para mis objetivos material de caza.
Ver esas líneas, esas curvas, los ángulos y la perspectiva me resultan atrayentes, y si puedo pasar mi mano por unas de esas piedras sintiendo esa textura creada, a veces de origen o causada por la naturaleza, son lo máximo.
A veces me he parado a pensar delante de alguna construcción el estado de agitación mental de su creador al ver erigirse esa idea que el anteriormente plasmo en unos planos, ver como poco a poco esa figura vence a los obstáculos y cobra vida. Esa vida que tienen todos y cada uno de los elementos que nos rodean.
Yo a veces intento plasmarlo con mis fotografías, la óptica me limita cuando se trata de construcciones enormes, pero me imagino que la esencia de la construcción existe en cualquier pieza que la forme parte.
Que maravillosa mente tenemos los humanos que nos proporciona la capacidad de crear y de sentir la belleza que nos acompaña, ya tenga unos pocos centímetros o sea una inmensa catedral que nos sobrecoge.
Fotos de Castellón
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