Llevaba días queriendo pasar por La Irreal ya que hasta ahora solo había estado un par de veces en visitas muy rápidas y esta mañana ha sido el momento.
Conozco a Júlia muy poco, más por lo que me han contado de ella que por lo vivido y quería subsanar eso en unos minutos. Al llegar la primera sorpresa, en el escaparate y en una situación predominante el libro “7 Tresors del Patrimoni Cultural de Tortosa” realizado por Wacapaka, que son para mí más que amigos.
Al entrar me encuentro con la sonrisa de Júlia que en ese momento atiende a un par de personas. Saco la cámara y me hace un gesto de aprobación.
¿Qué más quiero?
La espera es breve, oigo palabras amables, y en un momento Júlia está a mi lado. Hablamos un poco, posa para mí dándole un poco de vergüenza, todo sea por La Irreal me dice, y poco a poco conversamos de un sin fin de temas inspirados en la literatura.
Lo que más me llama la atención es como habla de los libros, yo que hablo igual de la fotografía la comprendo, tiene la suerte de trabajar en algo que adora, y eso se nota.
Hablamos de libros y de autores, de idiomas y de experiencias y al final salgo con dos joyas de libros de una librería que, como su dueña también es una joya.
Atrás quedan las historias de cómo una periodista con presencia en los medios termina creando un espacio lleno de magia y de futuro, café, libros, sillón de lectura e incluso un lugar donde un poeta puede volcar su corazón en unos minutos.
La Irreal, todo un descubrimiento en el nuevo mundo de las librerías.
¿Me acompañas a visitarla?
Precioso reportaje
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