jueves, 4 de marzo de 2021

Primavera


No basta con mirar cómo aparece la luna. Hay que soñar, y soñar es tan sencillo como intentar imaginar. Y para soñar vale cualquier vida, cualquier momento, cualquier instante.


Y he soñado que estábamos en primavera, he imaginado las ramas de los árboles floreciendo. Por un momento he creído estar rodeado de luz, de aire puro, de ese aroma que solo consigue tener la hierba fresca y las ramas recién nacidas.


He abierto los ojos y he mirado por la ventana, al momento he imaginado cómo estarían los campos que me tapan estas casas que me rodean, la luz inundaba las calles y el andar de la gente me ha inspirado el deseo de descubrir los colores de este jueves.


Dicho y hecho, pasados unos minutos que me han parecido eternos he divisado unos árboles que comenzaban a clarear. Poco a poco me he acercado a ellos dejándome inundar de esos aromas que conozco tan bien y añoraba tanto.


La música que hacen los pajarillos me ha  impulsado a cerrar los ojos y subir mis brazos, el sol calentaba mis mejillas mientras el aire fresco y su aroma inundaba poco a poco mis pulmones. Mi mente emborrachada de sensaciones hacía sonreír mi rostro y me hacía sentir una sensación cercana a la felicidad.


Pasados unos minutos abrí mis ojos y solo entonces fui consciente de la necesidad que tenemos las personas de recargarnos cada poco tiempo de sensaciones como las que me rodeaban.


Bienvenida primavera, hoy me he inundado de ti, pero prometo volverlo a hacer muy, muy pronto…






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