Es una fortaleza de defensa construida en la primera mitad del siglo XVIII en el golfo de San Jorge, término de La Ametlla de Mar.
Situada al borde de una antigua vía romana, la primera noticia sobre el lugar data del siglo XIII (1201), cuando Pedro II de Aragón y Ramón de Montcada construyeran un convento y un hospital, en honor a Dios y a san Jorge, dependiendo de la iglesia de Tortosa. Este grupo de religiosos se organizó en orden militar, la de San Jorge de Alfama, reconocida por el papa en 1373.
Su intención era la de repoblar la extensa zona desértica que separaba Tortosa del resto de Cataluña y a su vez proteger la costa de los ataques marítimos de la piratería.
El siglo XIV fue la época de mayor prosperidad de la orden. Hacia el 1400 la orden de San Jorge se incorporó a la de Santa María de Montesa, que a finales del mismo siglo abandonó la fortaleza. Esta permaneció bajo la jurisdicción de Tortosa.
El lugar quedó reducido a priorato. Sin embargo, en el año 1575 y después de un pleito, la orden de Montesa recuperó el control del castillo de Alfama y un año más tarde era restaurado el priorato. En 1650, con la Guerra dels Segadors el lugar fue bombardeado y quedó reducido a escombros.
La reorganización de las defensas costeras, en los últimos tiempos del siglo XVII y el inicio del XVIII, supuso la reedificación del conjunto. Este nuevo fortín marítimo fue edificado entre 1732 y 1733 con el objetivo de vigilar rutas marítimas, durante el reinado de Felipe V de Castilla.
En 1985 se realizó una campaña de restauración y conservación, subvencionada por el Departamento de Cultura de la Generalitat.
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