miércoles, 15 de enero de 2014

Mira mi tatuaje, me dijiste….



Mira mi tatuaje, me dijiste….


Ayer me explicabas las ganas que tenias de ser más mayor, tus veinte años no te convencían. Al oírte pensaba en las veces que he soñado en volver atrás, en la sensación de vértigo que me invade cuando pienso en mi edad, en lo que daría por recuperar estos últimos años y poder volver a repetir aquellos buenos y malos momentos que han conformado esta persona que actualmente soy yo.


A veces añoro aquellos instantes pasados, sé que es muy sencillo quedarnos solamente con lo bueno, añadiendo eso si, la experiencia y las vivencias pasadas que dan la edad. También sé que no entenderás que lo que en este momento deseas es para mí el fruto de muchas experiencias y sufrimiento. Las personas no tardamos en olvidar los malos ratos pasados, si nuestra memoria no los olvidara sería imposible continuar viviendo, seriamos presa de nuestra memoria, así cada mañana al despertar pensamos en lo que nos deparara el futuro y olvidamos el pasado.


Como te explicaría hoy que en tus ojos veo el futuro, que tus manos me reflejan una ilusión que yo ya olvide fruto de la edad y de los problemas, como intentar convencerte de que solo por el hecho de tener estas preocupaciones eres un alma especial, muy especial que destilas sensibilidad donde otras personas solo son capaces de ver deseos y aspiraciones.

No cambies nunca, eres capaz de transmitir esa sensibilidad que muy pocas personas somos capaces de apreciar, que al hacerte estas preguntas y al intentar responderlas te estás convirtiendo en una razón, una verdadera razón para explicar esta vida que pasa desapercibida para muchas otras personas y que para ti empieza a ser un tormento, un maravilloso tormento.



Te prometo que estoy dispuesto a llegar donde sea para defender, no ya tu tatuaje, sino tu libertad para transformar tu vida que para mí es lo verdaderamente importante.





1 comentario:

  1. Vayaaaa!!!, no me extraña que estés inspirado Rafa. Que maravillosa fotografía y que estupenda reflexión la tuya. Coincido, lo malo se olvida y de esos años solo recordamos lo mejor.
    Un abrazo amigo

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