domingo, 19 de enero de 2020

Street Dancing 1ª parte...

Siempre he pensado que la música estaba relacionada directamente con otras formas de expresión tales como la poesía, la prosa, el cine o la fotografía. Muchas veces las características de todas ellas convergen en palabras tan maravillosas como armonía, lenguaje o tiempo.

Es más, si analizamos cualquier expresión de arte y buscamos una base común para todos ellas encontramos las matemáticas. En mi vida he conocido muchos creadores, algunos eran conscientes de esto pero en su mayoría les acompañaba un inconsciente vital que los acercaba, aun sin ellos saberlo, a ese resultado.

Para mi, la fotografía además de una pasión es una forma de vivir. Nunca he puesto límites a la creación porque de sobra se que hay factores que la limitan, simplemente dejo volar mi imaginación y después recapacito y valoro. 

Este es el caso de esta exposición, unir, mejor dicho modular, la fotografía a una de mis otras pasiones: la música y por ende la danza. Se trataba de intentar plasmar las dos cosas al unísono y en tu opinión sabré si lo he conseguido.

Esta aventura comenzó hace unos meses, conocí a una persona que con sus movimientos me inspiraba. Le sugerí esta idea y sin dudarlo quiso acompañarme, Karmele una maravillosa andaluza que plasmó todo su arte delante de mi cámara.

No quiero engañaros, la idea que le sugerí no estaba exenta de peligros, adentrarnos en las calles más pobladas de una ciudad, posar a la vista de todos, la interacción con las personas que allí estaban era imprescindible y conllevaba riesgos, pero allí estábamos. Nos sorprendió la cooperación y el interés de las personas que nos encontramos…

Gracias al resultado me animé a proponerle a Silvia, bloguera muy conocida en Zaragoza, esta idea. La respuesta fue inmediata y unos días más tarde estábamos recorriendo las calles del tubo de Zaragoza acompañados de una cámara y millones de ideas que plasmar. Me maravilló…

Y como no hay dos sin tres Sonia me hechizó con sus bailes en el puente rojo de Tortosa. Adoro esta ciudad, no se si me me nota y aun adoro más a las personas que desarrollan su vida en ella, y la celebración de A Cell Obert nos lo puso muy fácil a Victoria, trabajadora incansable y a mi. 

Este festival es uno de los imprescindibles de Tortosa, un fin de semana al año se engalanan varios sitios emblemáticos de esta ciudad con proyectos que aportan, aunque temporalmente, un halo de belleza a estos. Con Victoria aprovechamos algunos de ellos para acompañar su danza.

Espero que cuando contemples estas fotos, sientas lo que hemos intentado plasmar en ellas. Si lo consigues me sentiré orgulloso, si no intentare conseguirlo en la próxima…

Gracias Joaquín por tus excelentes fotos...


























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