Su iglesia romántica de Santa María desafía con su torre en la parte alta de la población.
Su portada tiene un tímpano figurado enmarcado por 3 arcadas de medio punto que
descansan sobre columnas cuyos capiteles están decorados por mosaicos diversos.
La historia nos dice que fue el último reducto sarraceno de
Catalunya. Fue reconquistada por las tropas de Berenguer IV entre 1153 y 1154. Sirvió como dote para las reinas catalanas, para garantizar pactos y
préstamos e incluso como presidio de personajes de cierta categoría.
El Salto de la Reina Mora es una sima conocida con ese nombre
debido a la leyenda de la reina mora Abdelazia, hija del señor de
Siurana, que al llegar las tropas cristianas, prefirió saltar al abismo
con su caballo antes que caer en manos enemigas. El caballo, al ver la
sima imponente, intentó pararse, pero el impulso era tan fuerte que se
precipitaron al vacío. Hoy, cerca del precipicio aún puede verse la
profunda marca de la herradura del animal hecha en la roca cuando éste
intentó frenar.
Recientemente se ha realizado una primera fase de rehabilitación
sobre todo el conjunto monumental.
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