El mar, objeto de suspiros y sufrimientos, no hay nada como su rumor para inspirar a poetas y pintores, para imaginar mil y un textos, y millones de fotos. No hay nada mejor para dejar volar la imaginación que sentarte en la orilla y dejarse mecer por sus olas y sus suspiros.
Cuantos te quiero, cuantas lagrimas y cuantas sonrisas ha generado en estos miles de años, su recuerdo hace volar la imaginación y crea penas, gozos y olvidos.
Ese mar azul inquieto y a la vez sedoso, esas olas que enamoran el alma con su luz y color, esa espuma que siempre sabe a poco y se confunde con el cielo, con el mar, con la luz.
Adoro ese mar al que día querría volver y fundirme en mi último minuto con sus olas, dejándome llevar por sus amorosas corrientes que te envuelven y poseen a la vez.
Amo el mar, ¿se nota?
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