El Parc Teodor Gonzàlez fue un entorno espectacular para dejarse llevar por ese mix entre flamenco y piano.
Andrés Barrios nos dio un recital vibrante y colorido, la música se fundía con los árboles consiguiendo transportarte a un mundo maravilloso y azul.
Un ejemplo más de maestría al teclado y de una valentía latente en cada una de las canciones. Por un rato olvidamos el calor y nos dejamos transportar a esos ritmos que Andalucía sabe desarrollar tan bien…
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