sábado, 6 de abril de 2024

Recuerdos de una jornada

 

El tener un lugar como el Delta de l’Ebre a media hora de casa produce dos efectos, el primero poder estar allí en cualquier momento, el segundo no darle la importancia que merece.

También es cierto que esa proximidad hace que nuestras redes sociales estén repletas de sus imágenes y sea prácticamente imposible conseguir una imagen novedosa.

Pero estas imágenes son fruto de un deseo, el deseo de mi hija de dejarse inundar por esas imágenes, esos aromas que ella tiene tan lejos en su vida diaria.

Y disfrutamos, vaya si disfrutamos, dejándonos llevar de cada momento que pasamos allí, de cada minuto de brisa y de azul mar, de cada ruido, olor y sabor que tiene el aire allí.

Y mientras, con la máquina en la mano y sin ninguna prisa, mezclamos nuestras sonrisas con la arena de la playa y hasta a veces soñamos, en que este día no tendría fin.






















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