miércoles, 19 de junio de 2019

Festa de la plantada Sant Jaume d'Enveja



Hace 200 años, el Delta del Ebro era un territorio inhóspito, formado por humedales donde muchos factores dificultaban el asentamiento humano. La transformación de los páramos deltaicos no llegó hasta 1860, con la construcción del Canal de la margen derecha del Ebro, que hizo posible el cultivo con la introducción del arroz. 

La construcción de la red de riego primero, los trabajos de desecación y el cultivo de miles de hectáreas fueron tareas muy duras y no se completaron hasta bien entrado el siglo XX.

Las fiestas del arroz se crean con la intención de mostrar los distintos trabajos que se llevan a cabo durante el ciclo de este cultivo tal como era hecho por nuestros antepasados: el plantar, el segar... 

Al principio, los campesinos entran en el arrozal y hacen una demostración al público de cómo se hacían antiguamente estas tareas. Después, todo el que quiera, puede entrar en el arrozal a plantar.

Todo esto aderezado con grupos de jota y vestidos tradicionales del siglo pasado.

Una experiencia que seguro no olvidarán.


























lunes, 17 de junio de 2019

Un país de piedras




Un país no existe sin su historia y esa historia está escrita en sus piedras. 

Pero la historia no la escriben los mediocres ni los dirigentes de palabras huecas, la crean esos líderes que luchan por sus ideas y convicciones sin importarles lo que les pasara mañana.

Cansado estoy de esos dimes y diretes que cambian según el sentido de unos hechos de los cuales deberían aprender, de esos líderes que modulan su opinión según como les da el aire.

La historia de la vida está hecha de esas personas que lucharon por lo que creían, casi todos de corta vida, truncada por esos que no tienen palabra, que son ciegos hacia lo que no les interesa, esos que creen que un pequeño logro conseguido sin esfuerzo o con engaño les dara el alma y la razon cada dia.

Las piedras enseñan que la vida sobrepasa a todos los engaños, a todas las burlas y a todos esos estómagos agradecidos que suelen rodear a esos pobres títeres que creen que son algo más que un payaso intentando hacer reir a sus seguidores incondicionales.

Yo me quedo con esas piedras que estaran ahi dentro de quinientos años y que pondrán en su lugar a todos estos mequetrefes.

Las fotos son de un recorrido por el casco antiguo de Tortosa y sus monumentos. No se ha utilizado flash ni ninguna clase de luz artificial para preservar este legado: nuestras piedras, protagonistas de este post...