La ciudad ha conservado un patrimonio arquitectónico muy importante, reflejo de épocas diferentes, que nos cuenta la historia de la ciudad. Dos mil años de historia han dejado sus huellas sucesivas en el paisaje urbano. Y el casco antiguo de Lyon ha sido clasificado como patrimonio mundial de la UNESCO. “Lyon, ejemplo eminente del establecimiento humano, representa un testimonio excepcional de la continuidad de la instalación urbana durante más de dos milenios” ha declarado el Comité del Patrimonio mundial de la UNESCO.
Se corresponde con un territorio de 500 hectáreas que nunca ha dejado de estar habitado y lleno de animación y en el que se ha desarrollado sin interrupción la historia de la ciudad desde la fundación de Lugdunum. Con Burdeos, es uno de los espacios más vastos inscritos dentro del patrimonio mundial. Entre los espacios declarados se encuentran: la colina de Fourvière y sus emplazamientos antiguos, el casco antiguo (Vieux Lyon) medieval y renacentista, la península clásica y hausmaniana, la colina de la Croix-Rousse, patrimonio urbano del siglo XIX asociado a los Canuts (obreros de la seda) y la orilla izquierda del río Ródano, testimonio del desarrollo industrial y tecnológico de la ciudad (barrios de Brotteaux, Part-Dieu y Gerland).
En la actualidad, la vida continua en la zona histórica de Lyon, corazón de la ciudad, con sus monumentos, sus centros culturales, sus restaurantes y hoteles. Una zona que continúa su modernización y la conservación de sus edificios.
Una de las características de Lyon es el encanto que encontramos en los barrios viejos donde hay varios calles estrechas o callejones, los llamados “traboule«. Estos pasajes permiten atravesar los edificios de una calle a otra cruzando por los patios de estos edificios.
Ya lo decía el crítico literario de entre-guerras, Albert Thibaudet: “Si País es la capital de Francia, Lyon es la capital de la provincia”.