Colores…
El otoño avanza, los árboles mudan su color antes de perder las hojas. El frío poco a poco se adueña del bosque y el cielo olvida ese ambiente luminoso dejando pasar las brumas poco a poco.
Es el momento de contagiarte de vida recorriendo ese bosque húmedo y frío, y que al mismo tiempo te acoge con sus brazos abiertos dispuestos a reconfortarte.
A cualquier sitio que vayan tus ojos encuentran belleza, una belleza fría, pero contagiosa que hace olvidar los problemas y las circunstancias de la vida.
Los árboles te hechizan susurrándote a través del viento palabras de calma, ellos son hoy la orquesta y los músicos. Cierras los ojos y te dejas inundar por los cientos de ruidos que hay en ese momento mientras una calma infinita recorre tu cuerpo exhalando paz.
Es la naturaleza la que te invade, es la necesidad de ser un todo con ella, y que, aunque la maltratemos continuamente, sigue obsequiándonos con la vida cada instante.
Son los colores de la vida, los colores de la naturaleza, de esa naturaleza que ignoramos sin darnos cuenta de que es imprescindible para que sigamos viviendo.
Colores de vida, colores de naturaleza…
