Como cada año por estas fechas volvemos a confundir los recuerdos de un gran hombre con lo que durante dos mil años algunas personas se han esforzado por conservar.
Y digo confundir por la simbología que estos días contemplamos a lo largo y ancho de nuestro país, encapuchados con el rostro oculto, velas, cruces, imagenes de rostros henchidos de dolor y de tambores, decenas de tambores.
Quizás todo este ruido solo tiene por objeto ocultar el porque de este, por otra parte tan extendido a día de hoy, comportamiento.
Estos días hemos contemplado un montón de personas que, sin importarles la lluvia y el frío, nos recordaban la vida de otra persona que vivió hace muchos años y que se sigue venerando y recordando en algunos templos.
Quizás estos días no sean capaces de recordarnos que la única y verdadera razón de nuestra vida en este traidor mundo nuestro es la de intentar conseguir que cada día sea mas justo y mejor que el anterior, pero no solo para nosotros, solo tenemos que salir a la calle y contemplar cuantas personas a nuestro lado sufren a diario injusticias y pasan necesidad.
Debemos disfrutar de la Semana Santa pero ¿no debemos preguntarnos lo que esta significa para nosotros? ¿o es que es solamente otra fiesta mas?
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