Dos o tres pasos nada más.
Era muy sencillo, ahora estabas a mi lado y no me importaban esas cosas. Pero una vez que te marchaste mire a mi alrededor.
Quizás ver ese cielo color rojo fuego no me hubiera sorprendido, pero ver por el suelo aquellas hormigas azules corriendo hacia mí me llamo la atención.
¿Que hacían allí?, y lo más importante ¿Por qué estaba yo allí contemplándolas?
Realmente me sentí perplejo, y eso que estaba acostumbrado a ciertas dosis de locura. Recapacite, esta mañana me he levantado pronto como todos los días y antes de darme cuenta ya estaba con mi equipo en el coche. Lo cierto es que el destino realmente no me importaba. Era una cuestión de alcance, yo, mis cámaras y el destino.
Pero ahora era distinto, esas hormigas y esos arboles que me observaban. Poco a poco ve hacia atrás, me dije. Ignóralos y volvamos a casa. Pero mis piernas no me obedecían, allí estaban clavadas a la tierra. En ese momento paso por mi cabeza la idea de que yo era un árbol más y que aquel era mi lugar desde siempre.
Un ruido vino a devolverme a la realidad, toque mis sabanas y mi frente sudorosa. De un salto me levanté y me fui al espejo del baño, allí estaba yo, sorprendido, calmado y a la vez inquieto. Solo fue un sueño, me dije, solo un sueño.
Pero al mirar al suelo las vi, allí estaban esas hormigas azules que venían hacia mí…
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Era post confinamiento. Lugar: Ullars de Baltasar, Delta de l'Ebre
Me encanta
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