RÈPLICA
La naturaleza tiene su ritmo interno, a veces perceptible como el canto de los insectos en verano, y a veces imperceptible como las oscilaciones estacionales de los cauces de los ríos. Todos ellos forman un paisaje sonoro en constante movimiento marcando el ritmo del tiempo.
Rèplica crea un paisaje sonoro que imita los ritmos internos de la naturaleza para crear una composición basada en ritmos, estructuras repetitivas y conjuntos corales de sonidos que conviven en un espacio dado. En lugar de utilizar sonidos de la naturaleza, esta instalación utiliza una plétora de sonidos percutivos para crear un paisaje sonoro a partir de instrumentos pensados para el ritmo, pero que aquí se someten a otro tipo de ritmo, el que marca la naturaleza.
La repetición, el desajuste de los registros sonoros y la aleatoriedad del sistema digital que acciona cada conjunto de sonidos, provoca ritmos accidentales, cambios, asincronías, cánones y sincronías ocasionales construyendo un paisaje sonoro formado por un clúster de sonidos abstractos, diferentes unos de los otros, pero iguales en muchos aspectos.
El conjunto, en contra de lo que se pueda pensar, forma un paisaje sonoro en calma donde el ritmo lo marcan el silencio y el recogimiento, ofreciendo al visitante una experiencia inmersiva tranquila y alejada de estridencias. La obra sonora se inspira en maneras de hacer vinculadas al arte de la jardinería tradicional japonesa y la filosofía holística donde el diseño sonoro es parte fundamental.
Rèplica es una conversación entre sonidos que dialogan entre ellos, sonidos iguales y diferentes, hablando, conviviendo y replicándose unos a otros en un baile sin fin.
Edu Comelles vive y trabaja en Valencia. Es artista, músico y gestor cultural. Su trabajo aúna el arte sonoro, la producción musical y el diseño de sonido en diferentes ámbitos de la cultura.
A RITME DE COLORS
es una instalación escultórica, cinética e inmersiva formada por 100 retales de colores sujetos a las columnas del primer piso del patio.
En ella, el espectador podrá observar los diferentes efectos cromáticos, de luces y de formas, dependiendo desde donde mire, ya sea desde la planta baja del patio o desde la primera.
El conjunto de los Reales Colegios, junto con la iglesia de Sant Domènec, es uno de los complejos renacentistas más importantes de Cataluña. Su arquitectura presenta una fachada muy sencilla. En la parte central se abre portalada donde se representa el escudo imperial de su fundador, Carlos I. Las figuras de Sant Jaume y Sant Maties, patrones de los colegios, aparecen dentro de hornacinas coronadas por la figura de un ángel, llamado el Ángel Custodio, patrón de la ciudad.
La estructura del patio, plenamente italiana, es obra del escultor Francisco Montehermoso y presenta una iconografía riquísima que enaltece la monarquía. En la segunda galería podemos encontrar un friso esculpido con las efigies y los escudos de las parejas reales de la Corona de Aragón, desde Ramón Berenguer IV y Peronella de Aragón hasta Felipe III y Margarita de Austria.
En las enjutas de la primera galería aparecen bustos de los que podrían ser judíos o moriscos, y en la segunda, la imagen efigiada dentro de medallones de profetas y apóstoles. Los símbolos de los evangelistas son representados en la planta baja del patio, mientras que en la segunda galería, en la parte exterior, y ocupando los ángulos, aparecen cuatro caras que simbolizan los vientos.
Este edificio, también llamado Colegio de arriba, se dedicó en sus orígenes a la instrucción de los hijos de los conversos como parte de la estrategia diseñada por la Corona de Aragón para evangelizar y asimilar culturalmente a los moriscos. Actualmente alberga el Archivo Comarcal del Baix Ebre.
Pablo Cros estudió Escultura y Cerámica en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Murcia.
Después de vivir en la ciudad de Puebla, México, donde expuso en la Galería de Arte Contemporáneo, se trasladó a orillas del Mar Menor, a Cartagena, donde actualmente vive y trabaja.
Como artista, mantiene varias líneas de trabajo, moviéndose entre la escultura, la pintura matérica y las instalaciones escultóricas.
Su trabajo casi siempre ha girado en torno a la naturaleza, donde investigando diferentes técnicas y procedimientos, suele pretender que los materiales se configuren tal y como lo haría la propia naturaleza, dejando que sean los factores ambientales los que modelen o intervengan la obra. De esta manera otorga un gran valor al proceso de creación y de transformación de la pieza, donde el tiempo juega un papel fundamental en el resultado de la misma.
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