Solo con pensar en la playa estos días de calor se acelera el pulso. A veces no nos damos cuenta de las posibilidades que tenemos al alcance de la mano.
Después de comer he mirado por la ventana y he decidido que esta tarde no podía ser igual que las demás. Casi sin respirar he pensado en hacerte una visita y aquí estoy, cámara en mano, disfrutando del sol y de una tenue brisa.
Esa brisa que tendría que acompañarnos siempre que miramos al horizonte y dejamos volar los pensamientos. Hoy ellos me han recordado la primera vez que te vi, era un día caluroso como el de hoy y no recuerdo si me acompañaba la brisa, lo que si recuerdo es que ese día surgió algo que no sé explicar.
Te prometo que la próxima vez vendré antes, tú prométeme que nos acompañara la brisa y este hermoso mar y cielo azul que nos acompaña hoy…
No hay comentarios:
Publicar un comentario